En relación a la decisión ¿Esforzarme en aprender cosas distintas? esta es una opinión de José Luis González Quirós

Imagen de José Luis González Quirós

Esta es mi opinión de experto

Es una vieja sabiduría la que nos advierte que hay que cuidarse del hombre de un solo libro, o que el que solo sabe X ni siquiera sabe X. Se trata de una verdad profunda, porque no hay ningún saber que sea completo o que pueda vivir aislado. El problema está en que hoy es imposible saber de todo.

Sin embargo, el que solo domine una disciplina o una especialidad sin tener la capacidad de asomarse y comprender problemas muy distintos a los de su campo puede ser tenido por una persona inculta, un ejemplo perfecto de lo que Ortega llamó la barbarie del especialismo. ¿Cómo lograr el equilibrio necesario? Creo que la respuesta puede articularse en torno a la distinción entre pensar y saber. Saber, no podemos saber de todo, pero pensar, sí podemos hacerlo sobre todo, especialmente si nos damos cuenta de que no sabemos lo necesario para estar ciertos de casi nada en campos muy ajenos a nuestra especialidad, nuestra experiencia o nuestro conocimiento directo.
 
Así pues, el consejo sería cultivar muy a fondo el saber de una determinada especialidad y estar muy abierto a un enorme cúmulo de cuestiones en las que, auxiliándonos con lo que sabemos bien, sea economía, historia, derecho o matemáticas, procuraremos pensar tan a fondo como podamos en los problemas esenciales que allí se debaten. Hay que tener en cuenta que "pensar" tiene una relación muy estrecha, desde el punto de vista filológico, con "pesar", (los verbos latinos son "pensare" y "pondere"), de manera que el lenguaje nos pone de manifiesto la íntima relación que hay entre pensar y pesar o ponderar, así que pensar está siempre muy cerca de pesar, sopesar, ponderar o considerar.
 
¿En qué se piensa? En argumentos contrarios, en pros y contras, en los debates que afectan a miles de cuestiones en las que no tenemos ninguna especial autoridad para intervenir, pero en los que no podemos dispensarnos de pensar, de opinar, entre otras cosas porque la opinión del hombre común, de lo que somos todos, es un elemento del problema, aparte de poder llegar a ser un argumento de peso. Así pues no tenemos otro remedio que pensar y pensamos, sobre todo, en lo que no tenemos certezas, en lo que no sabemos. Así se avanza también cuando se está en el propio campo de especialidad, porque también entonces nos asaltan dudas y tenemos que decidir entre argumentos contrarios, entre perspectivas divergentes.
 
Es pensando como se llega a comprender la complejidad de un problema y a estar, por tanto, en condiciones de abordarlo y de progresar. de elaborar una opinión fundada sobre cualquier asunto. Ahora bien, esto no puede hacerse si no nos esforzamos en aprender cosas distintas a las que sabemos, en estar abiertos a noticias, a ideas, a perspectivas que nos son las nuestras, ni las más habituales ni las mejor conocidas por nosotros. Hay que hacerlo con cuidado, desde luego, pero con asiduidad. Bertrand Russell decía que no se podía llegar a ser un buen científico si no se desayunaba uno cada día con un par de argumentos contrarios a las ideas propias, y eso que vale para el científico y el filósofo, vale también para todos. Tenemos necesidad de conocer cosas distintas a las que sabemos bien, sean de campos distintos, sean del mismo campo pero expresando ideas o creencias muy distintas a las de nuestra predilección. No es una buena norma de higiene intelectual estar siempre dándose la razón, confirmando lo bien que pensamos o lo mucho que sabemos. La duda nos ayuda a acertar y para dudar hay que tener evidencias contrapuestas, fuentes distintas, puntos de vista diferentes. Es decir que no se puede pensar correctamente si uno se atiene a un método fijo y se abstiene de consultar otras maneras distintas de abordar cualquier cuestión. Necesitamos, por tanto, aprender cosas distintas, saber cuanto podamos de campos ajenos al nuestro y entrenarnos en el difícil, pero estimulante, deporte de llevarnos la contraria a nosotros mismos para estar medianamente seguros de que cuando creemos en algo o pensamos de una determinada manera no es por inadvertencia, por falta de atención o por empeño en mirar siempre por el mismo agujero. Nada nos enseña tanto como lo que nos contradice y consideramos con atención, tolerancia y cuidado, y nada puede ser más grato que echar un vistazo a lo que desconocemos.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×