En relación a la decisión ¿Informarme a través de las redes sociales? esta es una opinión de José Luis González Quirós
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José Luis González Quirós
- Filósofo y analista político
Esta es mi opinión de experto
Mi "No" depende de una concepción un poco estricta de información, es decir, que sería un SÍ, si el término se toma en un sentido muy lato. Es evidente que las redes sociales están dando mucha más información de la que podemos asimilar, importa tenerlo en cuenta, aunque no es su único punto débil.
Es verdad que ha cambiado muchísimo el modo en que recibimos o buscamos la información, pero no está claro que esos cambios estén siendo enteramente positivos. Las redes sociales se están convirtiendo en espacios de información, especialmente, para emitir, para dar la sensación a todo el mundo de que está diciendo o haciendo algo importante, pero es un tanto irreal en la inmensa mayoría de los casos, tanto en los ámbitos de pequeño radio, familia y amigos, como en los de gran radio, la política, la religión, la moda, etc.
Las redes nos permiten ganar pluralidad, pero nos han hecho perder en elaboración, es todo un poco como el bricolaje, que no se puede comparar con un mueble de ebanista. Se dice, y me parece una apreciación correcta, que las redes sociales son un mercado y que los mercados saben discriminar muy bien. Ese es justo el problema, que las redes sociales no se emplean sólo para asuntos de mercado, sino para asuntos de más fuste, y ahí sus resultados pueden llegar a ser realmente desorientadores. ¿Estamos ante algo más que una moda? Creo que sí, que las redes suponen algo más, pero están pasando por su sarampión y nos entregan muchos datos realmente anodinos e insignificantes que se acogen como una especie de maná... por venir de las redes sociales.
No me parece que sea relevante, por ejemplo, saber cuántos seguidores tiene el papa en Twitter Las redes nos entregan un retrato al minuto de la realidad social en su capa más superficial, y nos permiten que algunos puedan adelantar en unos segundos la información que, de todas maneras tendrían en escasos minutos. Su valor comunicacional será forzosamente relativo. una vez se supere la presente etapa de competencia tecnológica y comercial entre las grandes, ese es mi pronóstico.
Creo, sin embargo, que no dejarán de crecer las redes sociales de alta especialización, los sistemas que permiten mantener al día a grupos de especialistas y profesionales cuyas preocupaciones no tenían apenas espacio en los medios de comunicación clásicos. En este aspecto creo que todavía no se han inventado aplicaciones que resultarán decisivas, por ejemplo en ciencias y en investigación, pero se va avanzando. Me parce, por tanto, que, aunque sean de crecimiento más lento, se acabarán imponiendo las redes de "pañuelo", que relacionan a gente por características muy precisas y solo por esas, frente a las generalistas en las que todo el mundo está a ver qué pasa y de las que, las más de las veces se sale sin haber sacado nada demasiado sustantivo. No cabe ignorar que en su desarrollo pueden servir para detectar mapas de interés que habían pasado inadvertidos y varios fenómenos más, pero los seres humanos no estamos hechos para mantener relaciones con decenas de miles de amigos, a no ser que nuestro oficio sea la venta masiva y al por menor. Para lo que sirven muy bien las redes sociales es para incentivar y motivar, son instrumentos básicos de actuación en movimientos sociales y políticos, porque permiten una cierta personalización de los mensajes, algo así como si el periódico tradicional lo recibiésemos como si fuera una carta, pero ese efecto de cercanía también tenderá a atenuarse. Algún día se sabrá qué papel real están teniendo las redes sociales en los cambios sociológicos más recientes, porque, hasta ahora, asistimos, más bien, a exageraciones notables, como pretender que la primavera árabe no habría existido sin ellas, o que movimiento sociales de protesta les deben la totalidad, o casi, de su energía. Puede que la respuesta nos sorprenda, tanto porque aminore lo que suponemos alto, como si acentúa aspectos en los que todavía no hemos reparado. Las redes sociales son un potente indicador, pero los indicadores hay que saber interpretarlos, y las redes sociales no nos pueden decir qué son las redes sociales, de momento. Mientras tanto, es un espectáculo asistir a su desarrollo, a esa especie de carrera vanidosa en la que la gente presume de tener decenas de miles de seguidores.
