En relación a la decisión ¿Pensar que las tecnologías sociales están cambiando las relaciones humanas? esta es una opinión de José Luis González Quirós

No

• José Luis González Quirós
• Filósofo y analista político

Esta es mi opinión de experto

Para empezar el término relaciones sociales es excesivamente ambiguo, pues incluye desde la familia, la nacionalidad, la religión, o la política a la pertenencia a un club de bridge o el tener una cuenta de una red social cualquiera. Es evidente, por otra parte, que todas las revoluciones tecnológicas han alterado profundamente ciertas formas de sociabilidad, y que la revolución digital supone una serie de cambios realmente espectaculares en un enorme conjunto de las acciones humanas, de manera que, lógicamente, hay que esperar que haya alteraciones sociales significativas, pero me temo que se están produciendo con excesiva ligereza atribuciones un tanto simplistas, como , por ejemplo, cuando se quiso ver en la llamada "primavera árabe" una consecuencia del auge de las llamadas redes sociales.
 
Seguramente algo habrán tenido que ver, pero esa clase de fenómenos pueden y deben explicarse en función de infinitas variables que o son dependientes del desarrollo tecnológico digital. Lo que está claro es que si pensamos que las tecnologías de redes sociales y similares están cambiando las relaciones humanas es que tenemos una idea de relación humana demasiado conversacional. Lo que está cambiando profundamente es la forma de comunicarse, pero esa es una tendencia que ya es vieja y que se ha venido desarrollando desde el invento del telégrafo, por lo menos, dando lugar a lo que los sociólogos conocen como sociedad de masas.
 
Que las tecnologías sociales están acentuando esa clase de procesos es una afirmación bastante razonable, pero lo que hay que tener en cuenta es que se trata de procesos muy hondos y radicales cuya historia no ha empezado ayer. Es decir que más que de cambio habría que hablar de intensificación, de manera que antes de pensar que las tecnologías crean el fenómeno habría que reparar que esta clase de tecnologías han podido crearse, y triunfar, precisamente, porque el fenómeno existía de manera previa. ¿Cuál es el fenómeno? A mi me parece que es la creación de ámbitos de sociabilidad que no estaban en el repertorio clásico, ni en el griego sobre el que meditó Aristóteles, ni en el moderno en el que pensaban los filósofos políticos del siglo XVII, es decir que se están creando vínculos sociales y personales que no son ni estrictamente privados ni estrictamente públicos, que rebasan la condición familiar y amical, sin llegar a ser los típicos fenómenos de que se ocupa la teoría política. Precisamente por eso son tan importantes y todos tenemos la sensación de que estamos ante fenómenos muy nuevos, imprevistos y que no se sabe en qué irán a parar, y, ante ellos, lo único que me gustaría aclarar es que las tecnologías digitales, más que causa, que también lo son, son efectos de ese tipo de cambios, y me refiero, como es obvio, a su uso, no a su fundamento, digamos, científico.
 
Para aclarar lo que quiero decir me gusta explicar que los creadores de las tecnologías digitales, los grandes matemáticos que están detrás del primer ordenador, no llegaron nunca a prever que los cacharros que estaban fabricando pudiesen servir, por ejemplo, para escribir, por citar el uso primero que se dio a los ordenadores personales, y que ha sido luego un genio del marketing, más que un inventor, me refiero a Steve Jobs, y a otros, no muchos, de su tipo, los que han creado una auténtica revolución sabiendo ver en aquellos viejos cacharros que solo sabían calcular unas formas de comunicar inéditas, pero es que esas formas de comunicar ya tenían un mercado, ya habían empezado a crecer mediante muy otros procedimientos. En resumen, no es que las tecnologías cambien las relaciones humanas, sino que una sociedad muy dinámica, que rompe los moldes de la teoría clásica, ha sabido encontrar tecnologías creadas para otros menesteres, calcular con grandes números, básicamente, y las ha sabido dedicar al cotilleo, a los negocios, a la publicidad, y al ocio, pero nada de eso ha sido inventado por ellas, aunque lo modificarán profundamente.