En relación a la decisión ¿Pensar que el pago de los impuestos nos da derecho a un Estado del Bienestar ilimitado? esta es una opinión de Jose María Román

No
Imagen de Jose María Román
0 votos

Esta es mi opinión de experto

Dentro de la evolución histórica de la ciencia política y sociológica el concepto de Estado del Bienestar –o denominaciones equivalentes- ha tenido una evolución larga, discusiones doctrinales y plasmaciones políticas según diferentes modelos (nórdico, anglosajón, centroeuropeo y mediterráneo).

El Estado del Bienestar responde a un concepto general por el que los miembros de una sociedad tienen la expectativa legítima de que la sociedad, el gobierno o el estado los apoye, ya sea en general o en momentos de necesidad, o la expectativa real de que ellos se beneficiarán de los esfuerzos comunes y del progreso social. En esta visión general, tal expectativa es considerada bien un derecho de los ciudadanos o bien una obligación u objetivo social.

Pero cuando hablamos de administrar recursos o de prestar servicios siempre partimos de que ambos son escasos. Y ése el arte de la administración. De la administración de bienes y servicios. Precisamente el interés general, que tiende a promover el progreso y a la vez a defender un nivel mínimo de bienestar es el que ha llevado a la UE a imponer a sus Estados miembros y en España a incorporar a nivel constitucional el deber de equilibrar los presupuestos anuales. Cada presupuesto, pues, en sí mismo marca un límite que no podrá ser superado. Ese límite marca nuestro nivel de bienestar. Y eso es un bien general, que si se saltase, destrozaría no los posibles avances o nuevos derechos, sino los ya conseguidos. Y como en el presupuesto, la inmensa mayoría de los ingresos son impuestos, esto ya implica que los impuestos en sí mismos conllevan la aceptación de limitaciones en las prestaciones.

Es cierto que cuáles, con qué prioridad y en qué dimensión, es una decisión política. Pero es una decisión política de buen administrador, no de irresponsable, que engaña o daña a los ciudadanos con su irresponsabilidad.

El derecho acude normalmente como criterio de discernimiento a la conducta esperada del buen padre de familia. Todos entendemos que esa persona quiere lo mejor para sus hijos, pero sólo puede darle lo mejor que le permita su capacidad económica, no más. Por más que quiera o por más que le pida el hijo.

Este criterio también se sigue para juzgar a los administradores públicos. Los poderes púbicos tienen que garantizar y hacer progresar el bienestar de sus ciudadanos. Pero estos deben entender que la sociedad no es estática y que los ciclos de la economía, admiten momentos de contracción, donde no será posible crecer. A eso se le llama participación y corresponsabilidad ciudadana.

×

Para poder participar debes ser usuario de Dontknow

Cargando...
×