En relación a la decisión ¿Apoyar leyes de transparencia exigentes para acabar con la corrupción? esta es una opinión de José Lázaro

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Esta es mi opinión de experto

No; pretender que una ley imponga controles a la casta política (las leyes las hacen los políticos) es tan utópico como pretender que una empresa reduzca de forma libre, espontánea y altruista sus beneficios.

A diferencia de la lujuria (que puede ser muy grande, pero siempre encuentra límites impuestos por la fisiología) la codicia es prácticamente ilimitada. Desde el principio de la historia (y sólo con algunas excepciones relativas después del siglo XVIII) casi todos los poderosos han seguido la Ley Suprema de la Naturaleza Humana: “Yo, Yo, Yo y si sobra algo para mí”. Una ley que sólo consigue atenuar, con gran esfuerzo, el desarrollo de la cultura: como muy bien explicó Freud, la cultura es un maravilloso sistema (difícil de construir, pero muy fácil de destruir) cuya función es reprimir, limitar, encauzar y racionalizar los impulsos naturales de los seres humanos.
 
En la medida en que la cultura propia de las sociedades desarrolladas no lo impide, tiranos y potentados de todo tipo acumulan fortunas que no podrían gastar en el resto de sus días (por muchos lujos que se concediesen) y sin embargo siguen explotando y sacrificando a los pueblos miserables que dominan para seguir aumentando esas fortunas. Una de las cosas que ha dejado claras la filosofía del deseo (muy desarrollada en el siglo XX) es su carácter insaciable. Por eso resultan tan ineficaces los mecanismos de control que los poderosos establecen sobre sí mismos. La casta político-económica que se instaló en España aprovechando el vacío de poder dejado por el desmoronamiento de la dictadura franquista ha acabado por ocupar el lugar que tenía la nobleza en las sociedades antiguas: monopolio del poder, apropiación de la riqueza, defensa cerrada de “los nuestros”, críticas hipócritas y cómplices a la oposición (al fin al cabo saben todo lo que hacemos y hacen lo mismo que nosotros), negación de la evidencia (la palabra de un político español ya no guarda ninguna relación con la realidad, pero da igual porque todo el mundo lo sabe y nadie tiene alternativa)…
 
Sin embargo hay una gran diferencia entre la vieja nobleza y la nueva clase política: la primera imponía su poder a sangre y fuego, la segunda lo hace con mano de hierro pero con guante de seda. Y hay un potente argumento a favor del sistema político español actual: casi todos los que se han ensayado en a lo largo de la historia (no los que han soñado idealistas que desconocen los rudimentos de la psicología humana) son mucho peores. Y quizá haya incluso algunas medidas que se podrían tomar para atenuar el daño que hace nuestra casta político-económica. Reflexionaremos sobre ellas en otra decisión de dontknow: “¿Promover que pueda destituirse a un político si no cumple con su programa electoral?”.

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