En relación a la decisión ¿Justificar éticamente el trabajo informal? esta es una opinión de David Kucera

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Esta es la opinión del experto

El trabajo informal no necesita de justificación ética alguna por cuanto es una realidad enquistada en el mercado de trabajo desde tiempos inmemoriales.

El concepto de trabajador informal voluntario presenta un grave problema a la hora de “demonizar” el llamado “trabajo informal” que, según la Organización Internacional del Trabajo, es aquél que se caracteriza por la desprotección y la precariedad.

David Kucera mantiene que el “trabajo informal” ya se considera no sólo un sector en sí mismo, sino que su concepto se ha elevado al rango de “fenómeno laboral”, subrayando que no existe una relación directa entre el trabajo informal y la pobreza, o entre el trabajo formal y escapar de la pobreza. Ello quiere decir que algunos trabajadores informales no están sumidos en la pobreza y que sí lo están algunos trabajadores regulares (que ocupan puestos declarados y protegidos), por lo que podríamos concluir que ciertas ocupaciones informales son mejores que otras regulares en cuanto a los ingresos que reportan. Así pues, no es de extrañar que haya trabajadores que prefieran el trabajo informal al regular.

La cuestión según Kucera ya no es si el trabajo informal existe en el mundo en desarrollo, sino de lo extendido que está y de cuánto varía la amplitud del fenómeno en países de diferentes niveles de desarrollo y entre diferentes categorías de trabajadores, particularmente los hombres y las mujeres. Este hecho debería imponer en opinión de Kucera la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores informales y la manera de ampliar las posibilidades tan reducidas que tienen.

Hacer retroceder el trabajo informal ha sido un reto permanente para el desarrollo económico y sigue siendo un objetivo primordial de la OIT. Uno de los instrumentos programáticos fundamentales de este organismo es la reglamentación laboral plasmada en sus propios convenios y recomendaciones. Pues bien, según el articulo de Kucera, la propia reglamentación del trabajo es una causa importante del trabajo informal, lo cual, de ser cierto, significaría que los medios de la OIT están en contradicción con sus fines. Un ejemplo digno de mención es una obra reciente del Banco Mundial sobre la informalidad (Perry y otros, 2007), en donde se reseñan varios estudios empíricos que, según se afirma, demuestran la validez de dicha tesis.

El trabajo informal es una cuestión clave históricamente en la economía del desarrollo. El importantísimo artículo pionero de Lewis en este terreno (1954) muestra una imagen familiar del trabajo informal urbano, si bien cuando se publicó no se empleaba esta terminología:

El fenómeno [del desempleo «disimulado»] no se limita, empero, en modo alguno al campo. Otro amplio sector en el que existe es el de toda la gama de puestos de trabajo eventuales: los estibadores, los mozos que se precipitan en cuanto uno aparece ofreciéndose a llevarnos las valijas, el jardinero eventual [… o] el pequeño comercio (pág. 141).

Veinte años después,se acuña el termino “desempleo” para referirse a los emigrantes rurales que no logran colocarse en el sector regular urbano, lo que a Kucera le lleva a afirmar ya no solo que el trabajo informal nos ha acompañado desde tiempos ancestrales, sino que en las ultimas décadas las actividades informales se han ido ampliando hasta abarcar una amplia escala, existe una tipología de actividades informales que «sirve para ilustrar el abanico de posibilidades de obtener ingresos que están fácilmente al alcance del subproletariado urbano

Kucera concluye diciendo ahora bien, para que el concepto de trabajo informal voluntario tenga valor es importante tomar en cuenta la calidad de este trabajo y las posibilidades que hay de empleo regular en sentido absoluto, no sólo relativo, ya que en la economía regular hay puestos de trabajo buenos y malos y existe dualismotanto dentro de la economía regular como del sector informal.

CITA: Extraído del artículo “El Trabajo Informal: Dos asuntos clave para los programas políticos” publicado en la Revista Internacional del Trabajo, Volumen 127, nº 4.

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