En relación a la decisión Dieta sana, ¿seguirla para mejorar mi calidad de vida? esta es una opinión de Ramon Estruch Riba

Sí

• Ramon Estruch Riba
• Medicina

Esta es la opinión del experto

“En los últimos años, se ha tratado de conocer más a fondo los efectos saludables de los distintos alimentos y, a partir de ahí, diseñar la dieta ideal, para finalmente concluir que la mejor dieta es la que seguían nuestros abuelos y bisabuelos, es decir, la dieta mediterránea”. Esta dieta “se refiere a los patrones tradicionales de alimentación propia de los países mediterráneos.”

Los componentes de esta dieta, aunque existen variedades son, principalmente:

Elevado consumo de frutas, verduras, cereales, frutos secos y legumbres;

Productos mínimamente procesados y cultivados en origen.

Fruta fresca como postre habitual, con consumo ocasional de dulces.

Consumo relativamente alto de grasa, principalmente en forma de ácidos grasos monoinsaturados.

Aceite de oliva como fuente principal de la grasa; consumo moderado de pescado, pollo, leche y productos lácteos.

Bajo consumo de carne roja y productos cárnicos; menos de cuatro huevos a la semana; consumo moderado diario de vino con las comidas.

“Este patrón alimentario se traduce en una dieta baja en ácidos grasos saturados y colesterol.”A pesar de ello hay que tener en cuenta que “las recomendaciones dietéticas no puedan aplicarse de forma universal y que éstas deban personalizarse según las características genéticas de cada persona.”

“La alimentación equilibrada es aquélla que reúne una diversidad suficiente de alimentos, en las proporciones adecuadas a las características de cada persona y estilo de vida (…), de modo que garantiza que se cubren los requerimientos de energía y nutrientes que el organismo necesita”.

“La principal causa de muerte en los países desarrollados son las enfermedades cardiovasculares”, siendo la causa principal de estas enfermedades la concentración excesiva de colesterol en sangre. Los estudios han confirmado que hay una estrecha relación entre la cantidad de grasa saturada de la dieta y la incidencia de cardiopatía coronaria y accidentes vasculares cerebrales. Así pues, las dietas bajas en grasas y en colesterol se asocian a un menor riesgo de muerte cardiovascular.

“Numerosos estudios han hallado relación entre la ingesta de sodio (sal) en la dieta y las cifras de presión arterial. (…) En estudios recientes se ha analizado el efecto positivo sobre la presión arterial de una dieta rica en frutas, verduras, pollo, pescado, cereales integrales y frutos secos y pobre en grasas, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas (…). Los sujetos que siguen esta dieta presentan, en general, una reducción de presión arterial”.

Actualmente se sabe que los nutrientes no son sólo las sustancias de los alimentos que proporcionan la energía necesaria para la realización de las funciones vitales, sino que también pueden ejercer funciones adicionales de protección de la salud al evitar o retrasar la aparición de enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas e incluso el propio envejecimiento.

Los expertos tienen claro que los nutrientes interaccionan con los genes y que algunos alimentos tienen un efecto protector en determinadas personas, mientras que en otras pueden llegar a provocar enfermedades.

En definitiva, cabe remarcar que “se ha observado que la dieta mediterránea reduce las cifras de presión arterial, mejora el perfil lipídico” (aumenta el bueno y baja el malo)”y disminuye las alteraciones funcionales de la pared interna de los vasos sanguíneos. También se ha demostrado que reduce los marcadores de inflamación vascular. Todos estos efectos ayudan a entender mejor los mecanismos a través de los cuales la dieta mediterránea podría ejercer su acción protectora sobre la salud, al retrasar la aparición y progresión de la arteriosclerosis.”