En relación a la decisión ¿Tener relaciones sexuales con terceros si mi pareja no quiere sexo? esta es una opinión de Juan León Mendoza
- Juan León Mendoza
- Autor de "Análisis Económico de la Infidelidad Sexual"
Esta es la opinión del experto
Si bien el experto no afirma que es una opción para quienes están en una situación problemática con su pareja, enfatiza que es un práctica común para quienes ven beneficios tanto manteniendo la relación formal como también una no formal.
Según el experto algunas personas deciden practicar la infidelidad sexual a partir de decisiones racionales, maximizando la utilidad (satisfacción o bienestar individual) sujeto a ciertas restricciones culturales concretas. “Una persona polisexual a aquel que mantiene también relaciones sexuales con otras personas además de su pareja formal (legal). La pareja formal se refiere a la situación de matrimonio, convivencia o noviazgo, mientras que la pareja informal, sea puntual, ocasional o constantemente es aquella que está en situación de amante”, enfatiza.
Para la persona que es infiel, la relación sexual con la pareja formal es un bien; pero también la relación con una pareja informal. “Es decir, ambos tipos de actividad sexual generan beneficios a la persona que lo practica” destaca y agrega “la relación sexual con la pareja formal y la informal son bienes sustitutos”. De esta manera, la infidelidad genera beneficio y costos. “La maximización de beneficios se produce en el punto en que el costo marginal de tener una relación sexual con la pareja ilegal es igual al beneficio o placer marginal que reporta ello”, enfatiza.
“Las primeras relacionadas sexuales efectuadas implican una gran satisfacción, pero, en la medida en que aumenta el número de relaciones sexuales, la relación sexual adicional ya no genera la intensidad de satisfacción similar a las primeras; éstas decrecen. Cuando en el tiempo, el beneficio marginal de la relación sexual tiende a llegar a cero, desaparece o se minimiza la atracción sexual por la pareja”, puntualiza. Agrega también que “sucede algo similar en las relaciones matrimoniales. Los primeros años de matrimonio, implican una relación de pareja y de sexo con altos niveles de satisfacción (beneficios marginales elevados). Sin embargo, en la medida que transcurre el tiempo, el beneficio marginal de cada relación sexual adicional necesariamente tiende a disminuir”.
Sin embargo, se debe tener claro, según explica el experto que la decisión de mantener las relaciones sexuales con una pareja no formal, no sólo genera beneficios o satisfacciones para el individuo, sino también implica costos directos o futuros. Estos costos se dan cuando efectivamente la infidelidad no es un acuerdo abierto con la pareja, sino que se da en la clandestinidad. En un sentido amplio, el costo de oportunidad está relacionado básicamente al número de relaciones sexuales que se deja de efectuar con la pareja legal, la pérdida del disfrute y desarrollo en la relación padre o madre-hijos/as en el caso en que exista familia, riesgo del quiebre de la relación de pareja, riesgo de contagio de enfermedades venéreas en caso de no protección, riesgo de embarazo en caso de no protección, entre otros.