En relación a la decisión ¿Participar en grupos religiosos de asistencia social? esta es una opinión de Cristina Calvo

Sí

• Cristina Calvo
• Doctora Comportamiento Humano y Sociología Económica

Esta es mi opinión de experto

En el contexto actual de crecientes desigualdades tanto nacionales como mundiales en relación con los recursos accesibles para diferentes grupos sociales y en la que es notable un aumento de la conflictividad social, las instituciones sociales, económicas y políticas han sufrido una gran erosión de su credibilidad. La búsqueda de soluciones a estas problemáticas pasa por una "construcción social participativa" en la que diferentes personas y grupos puedan generar procesos de solidaridad y convivencia pacífica. En particular, la autora se centra en América Latina, pero su reflexión puede ser extrapolada a otros contextos sociales en los que la descomposición institucional se hace patente.
 
Calvo identifica un rol esencial de las organizaciones religiosas para el estímulo de esta construcción participativa debido a la desconfianza de la ciudadanía respecto de otras instituciones, especialmente las del Estado. Las comunidades religiosas, desde su punto de vista, poseen activos únicos de importancia social, moral y espiritual para incidir en los conflictos de las sociedades contemporáneas. Por un lado, las sedes religiosas tales como mezquitas, iglesias y templos representan una red de comunicación y acción territorial que permite la interacción local y permanente de quienes participan y, por otro, las comunidades religiosas tienen herramientas morales para alentar el entendimiento mutuo dentro de sus comunidades. Estas características hacen de estas instituciones espacios idóneos para la promoción de la convivencia.
 
La participación de las personas en iniciativas de orden religioso muchas veces es encaminada -a través del voluntariado, aunque también profesionalmente- a acciones de asistencia social. Estas actividades están basadas en valores como la solidaridad a partir de la premisa de "hacerse cargo del otro", la acogida referida a "dar espacio al otro" y el compartir que implica generar lazos a partir de la responsabilidad y los dones de todas las personas. Con estos valores y las prácticas asociadas a éstos se busca humanizar los servicios que se prestan a la vez que se estimula a las instituciones del Estado a cumplir los deberes que le son propios y a que promueva procesos de justicia social. De manera que la participación en tareas de asistencia social a través de grupos religiosos no sólo incidiría en una mejora de la calidad de vida de aquellas personas que se atienden, sino que también ayudaría a la construcción participativa de sociedades más cohesionadas.