En relación a la decisión ¿Beber agua durante el ejercicio? esta es una opinión de Ricardo Perera Merino

Imagen de Ricardo Perera Merino

Esta es mi opinión de experto

Durante el ejercicio físico hay, invariablemente, deshidratación. Cualquier actividad consume energía y, por ende, agua. Durante el ejercicio físico ponemos en movimiento, una buena parte, o todo, nuestro sistema muscular e, invariablemente, sudamos copiosamente (pérdida sensible de agua). 

Además, se acelera la frecuencia respiratoria y con ello la pérdida insensible de agua. Toda pérdida de agua se traduce en disminución del volumen circulante (líquido intravascular) y se manifiesta por el síntoma: sed.
 
Esto lo compensa, en parte, nuestro organismo disminuyendo la excreción urinaria, pero no basta (estamos hablando de ejercicio físico exigente) y como el volumen circulante debe ser constante se moviliza agua del espacio extravascular al espacio intravascular. El agua del espacio extravascular se encuentra en el interior de los 70 millones de millones de células que conforman nuestro cuerpo (líquido intracelular) y en los espacios que hay entre las células (líquido intersticial). A las células no debe faltarles nunca, idealmente, agua, de modo que el agua movilizada proviene del líquido intersticial.
 
La sed se acentúa e incrementa. Por lo anteriormente expuesto, es recomendable beber un poco de agua DURANTE el ejercicio. Vemos que lo hacen los maratonistas, tenistas, basquetbolistas, etcétera. El agua que se bebe DURANTE el ejercicio, insuficiente para la pérdida, atenúa la deshidratación y protege al organismo de que disminuya el agua intracelular. Es obvio que, una vez terminado el ejercicio bebemos agua hasta que el síntoma sed desparece. Cuando esto sucede, es decir cuando nos rehidratamos, cesa la sudoración , la frecuencia respiratoria se normaliza y los riñones vuelven a excretar un mililitro de orina por minuto (1.5 litros en 24 horas).

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