En relación a la decisión ¿Aprender a controlar mis arrebatos de ira? esta es una opinión de Stéphanie Hahusseau

Sí

• Stéphanie Hahusseau
• Psiquiatría

Esta es la opinión del experto

“Las emociones forman parte de la vida. Éstas se traducen en una alteración del cuerpo y en una alteración de los pensamientos”. Las emociones son el impulso de las acciones, cada acción que llevamos a cabo en nuestro día a día está iniciada por una emoción, que puede ser intensa o prácticamente invisible a nuestros ojos.

Existen diversas emociones negativas en el repertorio emocional humano: la tristeza, el miedo, el estrés o la ira, son ejemplos de ellas. Cuando éstas aparecen “tratamos de prestarles la menor atención posible, de experimentarlas lo menos posible y de liberarnos de ellas lo antes posible”. El problema aparece cuando intentamos hacer todo esto de la forma menos adecuada: comiendo, mirando la tele, trabajando en exceso… Estas conductas que pretenden hacer frente a las emociones negativas pueden tranquilizarnos un poco en el momento pero, a la larga, “éstas sólo empeoran las cosas”.

“Las emociones negativas que evitamos experimentar adquieren mayor intensidad y duración, se amontonan unas sobre otras generando problemas crónicos tanto en el ámbito somático como en el ámbito psíquico”. Cuando no canalizamos la ira, y simplemente intentamos pasar por encima de ella como si no existiera, ésta se queda “incrustada” en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro, provocando muy probablemente, una reacción exagerada en un momento determinado.

“Las emociones negativas deben ser ingeridas y digeridas para ser útiles”. La ira debe ser canalizada, es decir, debemos detectarla, ser conscientes de ella, avisar a nuestro cerebro y a nuestro cuerpo de que ella está presente, y una vez llevados a cabo estos pasos, debemos “digerirla”, es decir, debemos trabajar para canalizarla de la forma más beneficiosa para nosotros.