En relación a la decisión ¿Obligarme a no hacer nada para combatir el estrés? esta es una opinión de Ulrich Schnabel

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Esta es la opinión del experto

El experto habla de la sobreabundancia de estímulos a la que estamos expuestos hoy. Muchos no cuentan ni con la calma mínima como para reflexionar o centrar la atención. Hay personas que han desarrollado trastornos, simplemente, por su incapacidad de ‘no hacer nada’.

Constantemente nos desviamos de los esencial, de lo que realmente importa, comenta Schnabel. Estamos siempre online, interconectados y sujetos a interrupciones constantes. Se ha vuelto casi imposible hacer algo con calma y menos aún, con la debida atención.

“En efecto, este estado de permanente distracción se extiende por toda la sociedad como un virus o una enfermedad contagiosa. Padecemos una sobrecarga de estímulos…”, escribe.

Schnabel califica nuestro día a día como de un “accionismo paranoide”. Sin embargo, es curioso que una de las cosas que más se temen hoy en día son la inactividad y el aburrimiento: “Vivimos en una época en que los trastornos de atención van en aumento a un ritmo infernal”.

La falta de tiempo (familia, amigos,…) son uno de los grandes males de nuestra sociedad. Se perdió la calma necesaria para reflexionar y la capacidad para trabajar concentradamente de manera eficaz.

Lo peor, dice Schnabel, es que también se ha esfumado la ‘experiencia del presente’, la posibilidad de valorar nuestra vida ahora, en el instante, sin escapar inmediatamente al recuerdo o la planificación del mañana. Este situación está provocando trastornos del sueño, digestión, síndrome de agotamiento profesional o jubilaciones anticipadas.

“Solemos celebrar la actividad por la actividad, sin preguntarnos si esta es beneficiosa o perjudicial para toda la gente”.

Schnabel apoya la existencia de una relación interna entre la aparente inactividad y el rendimiento eficaz. Saber parar, dice, se ha vuelto casi un arte que muy pocos dominan en estos tiempos frenéticos. Los que perdieron su equilibrio interior desconocen la gran cantidad de estrés que supone la atención permanente y la exposición constante a la comunicación. De una entrevista anterior con un psicoterapeuta, Schnabel extrae el siguiente comentario: ”El problema de nuestros pacientes no es que no rindan, sino el no saber desconectar y no hacer nada”.

A pesar de lo anterior, el autor no cree que sea bueno cargar todo el problema sobre el plano individual. Su origen es global y procede de varias fuentes: progreso científico, cambio social, globalización y una nueva manera de vivir la religión.

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