En relación a la decisión ¿Llevar una dieta sana pobre en grasa? esta es una opinión de Walter Willet

No

• Walter Willet
• Profesor de Epidemiología y Nutrición en Harvard

Esta es la opinión del experto

Walter Willet afirma que es posible perder peso casi con cualquier tipo de dieta que uno siga. Para bajar de peso lo que importa son las calorías, es decir, una dieta lo más baja posible en calorías. Lo siguiente que hay que tener en cuanta es que esa reducción de calorías sea tolerable y no perjudique la salud a medio y largo plazo.

Sin embargo, advierte que existen estudios clínicos muy rigurosas que permiten sacar la conclusión que una dieta pobre en grasa no ayuda a perder peso. Los test con voluntarios permitieron comprobar que aquellos a los que se sometió a una dieta con alto o moderado contenido en grasa, perdieron tanto peso (a veces hasta más), que aquellos que apenas tomaban grasas.

Willet indica que  reducir el consumo de grasa puede provocar un aumento de triglicéridos y un descenso del colesterol ‘bueno’:

“Habrá mucha gente para la que esta dieta no sea la más recomendable”, dice Willet.

Comer alimentos con alto contenido en grasa no engorda necesariamente. La clave está en el abuso de calorías, lo de menos es si proceden de la grasa, hidratos de carbono, proteínas o el alcohol. Si se toman más calorías de las que el cuerpo necesita, se ganará peso.

Muchas dietas con pobre contenido en grasa abusan de harinas refinadas, arroz, patatas, bebidas azucaradas, aperitivos… Los hidratos de carbono de absorción rápida, dice Willet, aumentan los niveles de azúcar en la sangre. Este hecho no es bueno de cara al control de la diabetes o la hipertensión. Una alimentación a base de hidratos de carbono, sobre todo si proceden de harinas refinadas, no integrales, también dificulta el control de peso.

Willet llama la atención sobre el hecho de que en EEUU, en los últimos 30 años, ha descendido la porción de calorías procedente de la grasa en los alimentos que hay en el mercado. A pesar de este dato, la obesidad se ha disparado:

“Se venden muchas bebidas azucaradas sin prácticamente nada de grasa; sin embargo, este hecho no ha logrado evitar que los millones de litros que se consumen al año de este tipo de bebidas sea un factor decisivo en la epidemia de obesidad”, escribe.