La administración pública, y en concreto el sistema sanitario, es deficitario. Entre los bloques más costosos de su presupuesto está todo el relacionado con la Seguridad Social y los gastos que ésta genera.
Una opción que algunos barajan para ayudar a minimizar los costes, es la aplicación del copago sanitario, una fórmula a través de la cual los pacientes tendrán que pagar una cantidad de dinero por recibir la atención médica. Además implica poner límites a la subvención de medicamentos que realizaba el Estado.
Ante la crisis del Estado de bienestar, muchos de los servicios universales y gratuitos -como es la salud- se han visto afectados. Por ello, se ha planteado el copago sanitario para enfrentar el déficit económico del sector.
La necesidad de obtener más recursos para poder mantener la cobertura del sistema sanitario ha llevado a que en varios países se implemente el “copago sanitario”, donde la ciudadanía paga parte de su asistencia sanitaria.
Ante esta situación, algunos expertos destacan que la medida no es una solución ante la crisis y que, más bien, mina la estabilidad del estado de bienestar porque se llega a fórmulas sociales de atención de carácter neoliberal. Por otra parte, algunos expertos destacan que estas medidas pueden vulnerar los derechos universales de las personas.
Otros expertos destacan que es una fórmula efectiva para evitar el abuso que algunos sectores de la población realizan de la atención médica y de la cobertura de medicamentos. Para estos expertos, estas medidas pueden reducir los gastos sanitarios pero también ayudar a que la población tome conciencia de que los servicios son costosos y que, a veces, se utilizan innecesariamente.
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Desconocer si es una buena medida para la población en general puede frenar el apoyo a este copago. Por otro lado, un impuesto o un pago extra generalmente resulta impopular. Desconocer si afecta a algunos sectores particularmente como ancianos, personas inmigradas, niños, etc.
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Apoyar la medida implica aceptar que se tendrá que pagar una parte por cada servicio de acuerdo a la renta de la persona, afectando la economía doméstica. No hacerlo puede generar que el sistema sanitario público entre en una crisis de difícil solución y pierda eficiencia. Reducción del gasto público.
11 opiniones argumentadas
- Lucia Carrera V
- Profesional chilena
- Javier Cabo Salvador
- Jefe Clínico de Cirugía Cardiovascular, Hospital La Paz
- Juan Jose Martínez Jambrina
- Psiquiatra
- Leopoldo Gonzalo
- Catedrático de Hacienda Pública y Sistema Fiscal
- Josep Maria Forcada Casanovas
- Doctor en Medicina por la Universidad de Barcelona
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