El 1 de enero de 2017 entró en vigor uno de los aspectos más relevantes de la reciente reforma laboral francesa de 2016: el derecho a la desconexión digital del trabajador con su empresa una vez finalizada la jornada laboral.
La llamada “desconexión digital” busca evitar que el trabajador siga trabajando una vez terminada su jornada laboral para así favorecer la conciliación laboral y mejorar la calidad de vida de las personas, aunque también podría conllevar un recorte de los salarios, al limitar el tiempo de trabajo.
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