El ser humano tiene deseos desde los primeros instantes de su vida. Los deseos se van haciendo progresivamente más complejos, desde los más primarios de supervivencia, hasta los deseos más innecesarios y sofisticados, conforme se van cumpliendo años.
Poco a poco surgen también el orgullo y el deseo de mostrarse fuertes ante los demás. Enseñar a los niños a gestionar el deseo y el orgullo es un punto importante en su educación.
2 opiniones argumentadas
Sí
- Juan Malpartida
- Crítico literario
Cuando el niño dice: "Quiero algo" (más allá de comer, o beber) lo dice en un mundo que ya ha imaginado y elaborado antes que él, así que no podrá hacer otra cosas que formar parte del batiburrilllo de los deseos conformado por los milenios, en los que quizás pueda encontrar y perfilar su identidad.
Experto
Sí
- Carmen Martínez González
- Pediatra. Especialista en Psicoterapia Psicodinámica
Atender demasiado pronto y siempre a un niño, darle todo sin dejarle pedir no es precisamente lo mejor, porque le impide desear e imaginar. En este sentido es positivo vivir desde pequeños en una cierta carencia; desear es más difícil en la abundancia.
Experto