Conciliar la vida familiar y la vida laboral es un elemento fundamental para la felicidad de las personas. Especialmente para quienes suelen tener más cargas familiares. Pero, sobre todo, permite establecer una igualdad enre el hombre y la mujer si el mecanismo de reconciliación es bien entendido.
Que una persona tenga más flexibilidad horaria para poder atender la vida familiar no debe perjudicarle en sus opciones de ascenso o promoción laboral, sueldo u otros derechos laborales.
La reconciliación no es una carga para las empresas, sino una oportunidad de igualar a trabajadores y trabajadores y de obtener de unos y oros el máximo posible de satisfacción personal, algo que sin duda repercutirá beneficiosamente también en el trabajo.