En ocasiones, al relacionarnos con los demás, sentimos la necesidad de justificar nuestro carácter o comportamiento, alegando que somos impulsivos. Algunas personas son más expresivas y tienen una impulsividad que les hace reaccionar sin pensar.
Controlar nuestras reacciones espontáneas es difícil y caer en la tentación de excusarnos, justificándonos por nuestra forma de actuar, no es una actitud infrecuente; es habitual en muchas personas.
-
A veces podemos pensar que algunos aspectos de nuestra personalidad son fijos e inalterables. Esta forma de pensar no facilita la reflexión sobre decisiones como esta.
3 opiniones argumentadas
- Julio Pérez-Tomé Román
- Consultor Innovación, Social Media, Marketing y Comunicación
- Leticia Soberón
- Psicóloga
- María Jesús Álava Reyes
- Psicóloga