La tecnología avanza y se desarrolla a pasos agigantados e imparable. En dos décadas hemos asistido a sorprendentes transformaciones en el mundo en todos los ámbitos: cómo nos comunicamos, cómo trabajan las empresas, qué avances hay en la ciencia y la medicina, etc.
Dada la situación, es comprensible considerar que igual que nos afecta a todos a nivel personal, a nivel colectivo -incluyendo el poder político- la tecnología irá adquiriendo cada vez más protagonismo en el futuro, siendo parte fundamental de toda activida humana.