Pese a que vivimos en sociedad, los valores que predominan tienden a ser más bien individualistas. Persiste la búsqueda del bienestar personal más que el bien común y por ello, algunos expertos destacan la necesidad de educar en el valor de la solidaridad desde la escuela.
Aprender desde pequeños la importancia de ser solidario con los demás supone que, el día de mañana en la edad adulta, esas personas actúen según a las enseñanzas recibidas, posibilitando el cambio a una sociedad más solidaria.
La solidaridad no es un valor que esté de moda, según algunos expertos, y requiere ser educado. Si bien vivimos en sociedad, muchas veces nuestras prácticas y nuestros proyectos están sólo basados en la búsqueda del bienestar personal y existe una cierta difusión de valores individualistas sobre el bienestar común. Por ello, algunos autores destacan la necesidad de recuperar un valor que en otras épocas tenía más importancia: la solidaridad.
Cada vez más personas consideran que es necesario educar en la solidaridad si se quiere efectivamente enfrentar las diferencias y desigualdades sociales que existen actualmente en el mundo. Se destaca que la visión comunitaria es imprescindible porque vivimos en grupo y no podemos seguir viviendo de espalda a estas diferencias socioeconómicas existentes. Mientras tanto, otros expertos destacan que fomentar esta visión de solidaridad puede llevar a que el Estado y los otros actores sociales como el empresariado no asuma la responsabilidad social que poseen entorno a la mantención de la cohesión social y se delegue en el Tercer Sector y en las iniciativas sollidarias individuales una labor de corrección de desigualdades que debiera estar institucionalizada.
En tanto, otros expertos puntualizan que no se puede confundir el valor de la solidaridad con el de la limosna. La solidaridad es una necesidad de relación, según algunos expertos, que nace a partir del hecho de que las personas no pueden vivir aisladas y requieren desarrollarse en comunidad.
-
El desconocimiento de metodologías adecuadas para poder fomentar valores y una ética de la solidaridad. Por otro lado, el identificar esta formación en valores con enfoques religiosos, si se trata de escuelas e institutos no confesionales.
-
Si no se educa en este valor, puede seguir promoviéndose cierta cultura individualista en la infancia y en la juventud que no contribuirá a aminorar las desigualdades sociales existentes. Si se educa puede conscienciarse sobre las diferencias sociales que existen y, tal vez, acciones concretas para enfrentarlas.
3 opiniones argumentadas
Jorge Ubeda 
-
Pedro Gómez Serrano - Profesor de economía y Teólogo
