El cáncer es una de las enfermedades más comunes en la actualidad. En muchos casos la terapia principal es la llamada quimioterapia. Aunque se usa de manera cada vez más personalizada, sigue teniendo innumerables efectos secundarios.
Por eso tras unas cuantas sesiones, la persona puede sentir temor incluso al acercarse al hospital. La motivación para curarse y el acompañamiento de la familia y el equipo médico, tal vez pueda ser un elemento para superar ese temor.
El miedo al dolor, junto al temor a lo desconocido, están entre los sentimientos humanos más paralizantes. Al principio, el temor puede surgir del no saber qué nos espera en nuestra primera sesión de quimioterapia. Pero luego la experiencia de los efectos secundarios pudiera ser un elemento paralizante. El miedo no es un buen consejero. Para superarlo, una herramienta eficaz puede ser tener información médica confiable, y contar con el apoyo de las personas cercanas.
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Como en todos los tratamientos médicos, los efectos secundarios son diferentes en función de la persona, del estado de la enfermedad y de otros muchos factores. Esta imprecisión sobre los efectos que tendrá la quimioterapia en nuestro cuerpo provoca que, aunque tengamos mucha información, no consigamos vencer el miedo al tratamiento.
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El miedo es un sentimiento que puede bloquearnos, si nos dejamos guiar por él es muy posible que el tratamiento sea más traumático. Si logramos sobreponernos a este miedo -o incluso eliminarlo- conseguiremos enfrentarnos al tratamiento con una actitud más positiva por lo que nuestro cuerpo, a la vez, estará más receptivo a la mejora.
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Estar informado del proceso de enfermedad que sufrimos, así como del tipo de quimioterapia al que nos enfrentamos. Tomarnos el tratamiento como un paso necesario e inevitable para llegar a nuestra curación y, por supuesto, confiar plenamente en la efectividad de éste para sanarnos y volver a nuestra vida habitual.
9 opiniones argumentadas
- Cristopher Carreño
- Milagro de vida
- Nieves Cardenal
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- Cristopher Carreño
- quiero compartir lo bueno que llega a mi vida con todo el mundo
- Salvador Alvarado Aguilar
- Psicooncólogo