Cuando la esencia del negocio original se pierde y la actividad e ingresos no dan los resultados deseados, aparece ante nosotros el fantasma del fracaso. Lo podemos interpretar como un fallo de nuestras capacidades y recursos que nos puede provocar una sensación de déficit personal y acarrear un sentimiento de desaliento.
Pero el fracaso también puede ser fuente de inspiración y motivación para afrontar nuevos retos con un mayor conocimiento y realismo.
-
En todo proceso de aprendizaje o de innovación existe un cierto "miedo" al fracaso.
-
La forma de asumir e interiorizar cualquier fracaso influye mucho, no solo en el proceso sino también, y sobretodo, en la persona.
14 opiniones argumentadas
- María Blanco
- Doctora en Ciencias Económicas
- Diego Lorenzana
- Consultor de Empresas
- Anónimo
- En Dontknow desde Abril de 2013
- Joaquín Lorente
- Publicista y escritor