Al hablar, podemos utilizar el lenguaje de distintas maneras, con el objetivo de intentar transmitir de forma efectiva. Hacerlo con palabras positivas, aunque el contenido sea crítico o difícil de asumir para el interlocutor, puede asegurar una buena recepción. La forma educada, la muestra de respeto hacia los destinatarios, no exlcuye transmitir verdades incómodas. Pero se puede pensar que en determinadas ocasiones es más aconsejable utilizar un lenguaje negativo para que nuestras palabras realmente hagan mella en los destinatarios.
En situaciones de tensión, de urgencia, cuando algo no se ha hecho bien y hay que tomar medidas para solucionarlo, surge la duda de si es más efectivo hablarlo con buenas formas, o introducir un lenguaje negativo, más agresivo, que pueda alertar más a los receptores y provocar una reacción en sus comportamientos.
4 opiniones argumentadas
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Ángel Lafuente Zorrilla - Director-Fundador del “Instituto de Técnicas Verbales”
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Leticia Soberón - Doctora en comunicación social - redes
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Jaume Aymar i Ragolta - Doctor en Historia y Decano Fac. Filosofía URL
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Juan José Silva Palma - Coronel de Artillería
