En relación a la decisión ¿Mudarme a compartir vivienda con mi pareja si me he quedado en paro? esta es una opinión de Araceli Hernáiz Monreal

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Esta es la opinión del experto

El grado de madurez sentimental y afectiva de la pareja condiciona las consecuencias positivas y negativas de su convivencia.

Cuando nos referimos a la madurez afectiva estamos refiriéndonos “a un estrato de la personalidad muy relacionado con lo biológico (el nivel de glucosa en sangre, las hormona, etc.) La afectividad está relacionada con la respuesta a la pregunta: ¿Cómo estás?  Esta madurez afectiva tiene mucho que ver con la propia apreciación que hacemos de nosotros mismos y de los demás.”  Para lograr una personalidad equilibrada y libre, es conveniente ser conscientes de la fortaleza y la templanza de nuestros sentimientos hacia las personas que conforman nuestro entorno personal, entre ellas y de forma muy especial, nuestra pareja sentimental.
 
Sean cuales sean los motivos que nos induzcan a plantearnos la vida en pareja, es imprescindible realizar una labor de introspección para determinar el grado de madurez de nuestros sentimientos hacia la otra persona.  Debemos aprender a distinguir lo que sentimos hacia la otra persona y como nos hacen sentir a nosotros esos sentimientos.  Emociones positivas hacia la otra persona pueden contribuir a crear estados de ánimo negativos en nuestra psique, pero  siempre y cuando las vínculos sentimentales y emocionales  sean lo suficientemente fuertes y maduros la convivencia por su propia naturaleza “fortalecerá y engrandecerá la pareja ya que le permitirá disfrutar de las ventajas que una convivencia sana, madura y emocionalmente contributiva.”

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