En relación a la decisión ¿Aceptar la precariedad del trabajo temporal? esta es una opinión de Josep María Blanch Ribas

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Esta es la opinión del experto

Según Josep María Blanch, "el trabajo precario es la causa múltiples consecuencias psicológicas negativas, como la tensión, la sensación de injusticia por la desigualdad que se percibe con respecto a otros trabajadores e, incluso, cierto resentimiento hacia la sociedad."

En un estudio realizado en el año 2010 por el Prof. Blanch y colaboradores, las personas que combinan trabajos precarios con el desempleo pueden sufrir más efectos psicológicos negativos que quienes están sin empleo. El estudio se publicó en la Revista de Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Vol. 26-2, pag. 157-160. 
 
El estudio fue referido en la revista digital Eroski Consumer. En ella se refiere cómo Josep Maria Blanch, catedrático de psicología social aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona, "las personas que llevan meses o años en el paro sienten que ya han tocado fondo, que no pueden estar peor. Y piensan que quizás tendrán una oportunidad".  En cambio, malvivir de trabajos precarios alternados con el desempleo provoca sufrimiento, incertidumbre, pensar que se puede estar peor, que se pueden quedar en el paro de forma definitiva o que puede tocar una ocupación todavía más precaria y de peor calidad.
 
"Vivir en la precariedad laboral genera, sobre todo, problemas de ansiedad, ya que los seres humanos nos sentimos confortables en la certidumbre", añade el experto. Si uno no sabe si el mes que viene seguirá con empleo o cuánto cobrará o si le pagarán el trabajo realizado, "no puede planificar su vida, no puede planificar si tendrá hijos o se comprará un coche", especifica.
En su investigación, realizada bajo los auspicios de la Universitat Autònoma de Barcelona y dirigido por Blanch, se comparaba el grado de bienestar laboral que tenían voluntarios repartidos en cuatro grupos, según si tenían un trabajo estable, estaban desempleados, con una ocupación temporal voluntaria (como estudiantes con un trabajo de fin de semana) y, por último, personas con un empleo temporal involuntario (que vivían en la precariedad laboral). Estas últimas eran quienes mayor insatisfacción mostraban con su situación.
Además de la ansiedad y la depresión, el trabajo precario es la causa de otras consecuencias psicológicas negativas, en opinión de Blanch, "como la tensión, la sensación de injusticia por la desigualdad que se percibe con respecto a otros trabajadores e, incluso, cierto resentimiento hacia la sociedad al ver que los responsables de la crisis no pagan las consecuencias pero uno las sufre al tener que trabajar de forma precaria".
Además, el hecho de no tener un empleo estable puede generar ciertos problemas de identidad. Uno ahora trabaja en una pizzería, luego como reponedor, etc. No pertenecer a un grupo laboral estable, trabajar para salir del paso, impide el desarrollo de una identidad profesional clara y estable.
Trabajan en precario el personal doméstico sin contrato, los que van de un contrato temporal a otro, los autónomos que tienen problemas para cobrar sus facturas, etc.
No sólo son personas con baja formación o inmigrantes sin papeles en regla. También arquitectos, periodistas, diseñadores gráficos, etc. sufren las consecuencias de la precariedad laboral, individuos que tienen una elevada formación pero malviven con bajos ingresos, con trabajos puntuales y mal pagados o con dificultades para percibir su dinero.
La precariedad laboral se ha extendido como si fuera una epidemia en prácticamente todas las ocupaciones y clases sociales.  De todos modos, quienes más riesgo tienen de caer en la precariedad laboral son inmigrantes que dependen del trabajo para tener papeles, mujeres (por culpa de la discriminación laboral que todavía hoy sufren), personas con baja formación, jóvenes, aquellos en edad casi de jubilarse... "De hecho, cuando se acumulan las peores características (como ser a la vez mujer, inmigrante, joven y de clase obrera), la precariedad aumenta mucho (con tasas de más del 90%), así como también su impacto negativo sobre la salud", explica el Dr. Blanch.

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