En relación a la decisión ¿Combinar dieta y ejercicio para mejorar mi imagen corporal? esta es una opinión de Sara Márquez Rosa

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Esta es la opinión del experto

La experta advierte de los trastornos de la conducta alimentaria que pueden presentarse en los deportes en los que es necesario un control exhaustivo del peso corporal como en la gimnasia, el patinaje artístico y las carreras de fondo. Las mujeres son más vulnerables a este tipo de desequilibrios.

 
Según la doctora Márquez, los trastornos alimentarios son más intensos en grupos de población que llevan a cabo actividades relacionadas con el cuerpo y que pueden verse bajo presión para lograr una imagen esbelta y delgada.
 
La anorexia atlética es un concepto que se utiliza para hablar de un conjunto de comportamientos alimentarios subclínicos presente en algunos deportistas y que reúne unas características comunes: baja autoestima, una imagen corporal distorsionada… y, finalmente, varios métodos de control de peso como los vómitos, el ayuno, o el uso de laxantes y diuréticos. 
 
Los trastornos de esta tipo son más frecuentes durante la adolescencia (12-18 años) y, aunque pueden darse en ambos sexos, son más habituales en el sexo femenino:
 
“Al igual que ocurre para la población en general, las mujeres deportistas tienen patrones más anormales de peso y alimentación y más perturbaciones emocionales características de los trastornos de la conducta alimentaria que los hombres. El fenómeno se manifiesta tanto a nivel de deporte de alto rendimiento como de personas que son físicamente activas.”
 
Dado que cada vez es mayor el número de mujeres que hacen ejercicio de forma rutinaria, el número de afectadas por este problema puede crecer durante los próximos años.
 
Ciertos entornos deportivos no solo pueden precipitar o empeorar una patología, sino también llegar a legitimizarla, porque hacen que a los afectados les resulte más fácil sufrirla y ocultarla. Además, dificulta la identificación del problema y los tratamientos necesarios.
 
Entre los factores de mayor importancia para el desarrollo de los trastornos alimentarios, Márquez destaca el peligro de iniciar ciertas dietas a una edad temprana. En el caso de los atletas, suelen ser sus entrenadores los que les aconsejan que adelgacen. Algunos jóvenes se obsesionan con perder peso al precio que sea.
 
La presidenta de la Federación Española de Psicología y Deporte incluye, en el mismo artículo, los cuatro tipos de deporte en los que se han detectado mayor incidencia de comportamientos alimentarios patológicos:
 
“En primer lugar están los deportes que establecen categorías por peso”, como sucede con el boxeo, taekwondo, halterofilia o la lucha.
 
Otros en los que el bajo peso resulta beneficioso para el desarrollo de los movimientos como sucede en la gimnasia, el remo, el piragüismo o la hípica.
 
Muchos corredores de medio fondo, fondo y maratón también se ven muy presionados por su entrenadores para reducir su peso.
 
Finalmente, existen modalidades como la gimnasia rítmica o el patinaje artístico, en las que la delgadez y la buena presencia son factores importantes para poder ganar y tener éxito. Como muestran las investigaciones de la doctora Márquez, la incidencia de trastornos con la comida en este último grupo es especialmente alta. 
 
El ejercicio extremo, por ejemplo al incrementar los entrenamientos, puede provocar una pérdida calórica que cree una predisposición psicológica o biológica que favorezca los desórdenes alimentarios.
 
En el caso de mujeres que entrenan con intensidad y se preocupan por el peso, a menudo reducen tanto la masa corporal, que empiezan a padecer irregularidades en el ciclo menstrual, cesa su menstruación o sufren osteoporosis. Esto es lo que algunos autores denominan la “tríada femenina” y que también puede observarse en ciudadanas físicamente muy activas.
 
A modo de resumen del punto de vista de la doctora Márquez, sirvan estas palabras extraídas de su artículo en la revista Nutrición Hospitalaria:
 
“A corto plazo es cierto que la pérdida de peso puede resultar beneficiosa para la ejecución deportiva, especialmente en deportes en los que se requiere un cierto peso o unos niveles de grasa determinados, pero el trastorno alimentario acaba siendo física y emocionalmente destructivo para el individuo y su entorno.”
 
 
 
 
 

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