El desempleo provoca una serie de alteraciones en nuestra vida que pueden hacernos replantear nuestros proyectos personales, amoldándolos a las nuevas circunstancias. Quizá uno deba adecuar sus proyectos personales a la situación de desempleo. Mantener nuestros proyectos personales durante la duración del desempleo aviva nuestra ilusión y aumenta nuestro nivel de autoestima. Nos ayuda a conservar una actitud positiva que favorece la búsqueda de empleo y serena la preocupación de los demás.
Los expertos recomiendan no olvidar nuestros proyectos personales durante la duración del desempleo ya que éstos, sean a corto o largo plazo, sean importantes o cotidianos, nos sumergen en un clima de preparativos, predisposiciones, planes y tareas preliminares que nos alientan a realizar una serie de actos encaminados a cumplir con el fin propuesto, manteniendo viva nuestra ilusión y aumentado nuestro nivel de autoestima.
Ahora bien, como consecuencia del desempleo puede que alguno de estos proyectos personales deban modificarse para adaptarse a las nuevas circunstancias. La disminución de ingresos económicos que nos obliga a ajustar nuestro presupuesto doméstico, el tiempo que dediquemos a nuestra preparación para la búsqueda de un nuevo empleo y los efectos psicológicos negativos que genera el desempleo pueden convertirse en obstáculos para dichos proyectos, mientras que el aumento de nuestro tiempo libre y las ventajas anímicas que proporcionan serán argumentos sólidos para mantenerlos.
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La disminución de ingresos económicos nos puede obligar a renunciar o retrasar el cumplimiento de algunos de nuestros objetivos personales. Nuestro estado de ánimo puede no ser el más apropiado para mantener dichos objetivos. Cambios que introduzcamos en nuestra rutina pueden obligarnos a reducir el tiempo que les dedicábamos.
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Adaptar el tiempo y gastos que nos exigen dichos proyectos a nuestras nuevas circunstancias evita que tengamos que renunciar a ellos, aunque en ocasiones quizás debamos plantearnos sacrificar alguno en aras a una mejor distribución de nuestro tiempo y economía.
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Replantearnos nuestros proyectos personales y analizarlos desde el contexto del desempleo. Estudiar los gastos que generan y el tiempo que invertimos en ellos para adaptarlos a las nuevas circunstancias. Priorizar nuestros objetivos personales y sopesar la posibilidad de renunciar a alguno de ellos o de dilatarlo en el tiempo. Tener en cuenta las experiencias de otras personas que hayan pasado por la toma de esta misma decisión. Decidir, finalmente, hasta qué punto estamos dispuestos a adaptar o modificar nuestros proyectos personales durante el desempleo.
3 opiniones argumentadas
- Yrma Yoly Zavala Ollague
- Pedagoga especializada en TIC