Subir fotos y vídeos a Internet para compartirlas es una práctica habitual. Hay quienes ceden las fotos y vídeos personales, pero también permiten cambios y su distribución, pensando que la cultura llegue a más personas, mientras que otros consideran sus consecuencias y deciden no hacerlo.
Muchas personas comparten sus fotografías y videos personales en redes sociales o en otros espacios de Internet, sea para mostrar sus vivencias personales o para compartir los contenidos creados.
Muchas de las personas desconocen si existen riesgos o beneficios al compartir las fotografías y vídeos. Por otra parte, existe un movimiento social por la “cultura libre” que aboga por la distribución y modificación de las obras personales como una forma de democratizar el acceso a la cultura (como el copyleft o las licencias creative commons). Algunos especialistas consideran que “subir” fotos y vídeos a Internet es diferente a “ceder o dar” estos documentos a terceros y que, muchas veces, las personas no tienen conciencia de la diferencia entre subir y compartir con mis cercanos y ceder los derechos de estos contenidos. Otros especialistas apoyan el hecho que las personas contribuyan a la cesión de sus realizaciones, sean fotografías, vídeos u otras expresiones personales, porque permite que esos contenidos lleguen a más personas.
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La desconfianza respecto del uso que se les puede dar a esos contenidos por parte de terceras personas, sobre todo, que sean utilizadas en forma fraudulenta puede frenar a que las personas compartan fotografías y vídeos. Puede suceder lo mismo ante el desconocimiento sobre si es legal compartir este tipo de documentos por medio de Internet. Por otra parte, el hecho de considerar que son obras personales y que, por tanto, no se desea que se modifiquen o se exploten de alguna manera no autorizada por la persona.
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La cesión de fotografías y vídeos puede permitir que otras personas puedan conocer a la persona autora de los materiales. Asimismo, permitiría que algunos contenidos puedan llegar a sectores sociales donde no llegarían si estuviesen sólo abiertos a cierto público de manera presencial. Puede posibilitar que otras personas estudien las obras y se beneficien de la creatividad de las personas realizadoras para sus propias realizaciones; hacer y distribuir copias a sectores donde no podrían llegar; como también en algunos casos hacer mejoras de los trabajos derivados de las fotografías y vídeos cedidos. Por otro lado, puede generar un problema con la privacidad personal de los documentos, afectar los derechos de autoría de estas expresiones, como también no tener control de los usos que terceras personas pueden realizar con estos contenidos.
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Informarse respecto de la diferencia de subir contenidos a espacios privados y públicos de Internet, conocer los beneficios y dificultades del copyright, la cultura libre y las licencias de creative commons y evaluar las posibilidades que tienen estas opciones. Valorar estas alternativas de acuerdo a las posiciones personales que se tengan con la cesión de derechos o modificación de contenidos personales. Finalmente, también visualizar experiencias positivas y negativas al respecto, como también considerar opiniones de personas expertas a favor o en contra de esta cesión de documentos.
2 opiniones argumentadas
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Lawrence Lessig - Fundador de Creative Commons
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Carlos Sánchez Almeida
- Abogado, diplomado en derecho civil. Experto en ciberactivis
