
En estos tiempos difíciles, la agilidad empresarial es clave. Hay que reducir costes, pero limitarse a sacrificar recursos y plantilla perjudica al desarrollo de la actividad empresarial.
Cualquier empresa puede plantearse qué procesos puede externalizar y cuáles no, para garantizar la eficacia, eficiencia y productividad de cada uno de sus departamentos. La externalización es una medida que favorece el ahorro de costes, pero disminuye el control sobre ciertas funciones.
El departamento de Análisis de The Economist descubrió que casi el 90% de los directivos considera que la agilidad empresarial resulta vital para el éxito del negocio, pero más de una cuarta parte de las personas que respondieron piensan que se encuentran en una desventaja competitiva porque no son suficientemente ágiles para adaptarse a los cambios del mercado.
Para poder adaptarse al cambio, las empresas necesitan liberar recursos y responder mejor antes las condiciones cambiantes del mercado. Las empresas que lo hacen correctamente tienen más probabilidades de ser más productivas, y contar con procesos operativos más fuertes para recuperarse antes de las recesiones económicas.
El 90% de los directivos considera que la agilidad empresarial es vital para el éxito de un negocio (Fuente The Economist).
Más de una cuarta parte se encuentran en desventaja competitiva por falta de agilidad para adaptarse a los cambios del mercado. Las empresas necesitan liberar recursos para adaptarse al cambio y responder mejor ante las condiciones cambiantes del mercado.
La externalización ofrece a las empresas esa agilidad y flexibilidad necesaria pudiendo alcanzar unas mejoras de hasta el 50% en los procesos empresariales.
La externalización es una forma de que las empresas aporten agilidad a sus operaciones proporcionando la flexibilidad necesaria para capear los cambios en el clima económico, ya sea al producirse un repunte o en tiempos de estabilidad.
Así que la pregunta es, si una empresa todavía no está externalizando algunos de sus procesos empresariales, por qué no y por qué no ahora.
Los argumentos a favor de la externalización son sólidos y su éxito se basa en la maximización de tres áreas claves: recursos, personal y procesos.
El principial argumento en contra es la perdida de control sobre la funcion externalizada, argumento de enorme peso, pero que se podría rebatir estableciendo unos estandares de calidad y servicio para contratar con externos y um metodo de seguimiento y control de calidad.