
Cuando en nuestro tiempo de ocio no hay emociones, ni creatividad, ni ejercicio físico, al final puede llegar el aburrimiento, un estado emocional desagradable que de convertirse en crónico puede tener consecuencias muy negativas para nuestro bienestar.
Para evitarlo, y como con cualquier otro tiempo o período de la vida, podemos programar nuestro tiempo de ocio para garantizar que responda a lo que queremos obtener de él. Esto no significa determinar siempre qué, cómo y cuándo hacer tal cosa, a no ser que la actividad lo requiera. No debemos trasladar el stress laboral al tiempo de ocio.
Si partimos de la base de que el ocio es algo importante y, en cierta medida, el baremo de nuestra felicidad, podemos concluir que destinar un tiempo a pensar en lo que nos hace disfrutar significa que nos valoramos a nosotros mismos y nos creemos merecedores de esa alegría que dota de equilibrio a nuestra vida.
La mayoría de nosotros, aun inconscientemente, vivimos una vida planificada, con una rutina en que las horas transcurren sujetas a un programa que determina cada paso que damos. Y es que las circunstancias pueden tanto que apenas nos queda margen para improvisar o para ceder ante los impulsos de hacer algo distinto.
Los expertos señalan que mejorar el rendimiento de nuestro tiempo libre nos reportará grandes beneficios y nos permitirá ocupar nuestro tiempo en tareas relajantes, familiares, de reflexión, de esparcimiento.
Si decidimos gestionar nuestro tiempo de ocio de manera que nos resulte satisfactorio y reparador. necesitaremos un poco de decisión y de confianza en nosotros mismos
Cuando en nuestro tiempo de ocio no hay emociones, no hay creatividad, no hay ejercicio físico, antes o después, al final llega el aburrimiento, un estado emocional desagradable que de convertirse en crónico puede tener consecuencias muy negativas para nuestro bienestar.
Por evitarlo, y como cualquier otro tiempo o período de la vida, podemos programar nuestro tiempo de ocio para garantizar que responda a lo que queremos obtener de él. Esto no significa determinar siempre qué, cómo y cuándo hacer tal cosa, a no ser que la actividad lo requiera. No debemos trasladar el stress laboral al tiempo de ocio.
Por ello nos planteamos si conviene planificar nuestro tiempo de ocio o simplemente ocuparlo en lo que nos vaya surgiendo.
3 opiniones argumentadas

-
Miguel Angel Rodriguez Muñoz
- Experto en Talento y Transformación digital.

-
Marta Tello
- Periodista, escritora y articulista

-
Jorge Ubeda
- Profesor y padre