El fracaso o no obtener los resultados esperados es un aprendizaje que ayuda a mejorar. Caerse y volverse a levantar es ley de vida y a todos nos ha pasado alguna vez en nuestra vida laboral o particular. No alcanzar los resultados esperados no significa que hay que abandonar.
Por eso mismo, los líderes o directivos de una empresa deben impulsar a las personas y reconocer esfuerzos a pesar de no lograr resultados, siempre y cuando dichas personas se muestren capacitadas, con ganas, iniciativa o un perfil innovador sin miedo a arriesgar.
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