En relación a la decisión ¿Mudarme a compartir vivienda con mi pareja si me he quedado en paro? esta es una opinión de Manuel Álvarez Romero

No

• Manuel Álvarez Romero
• Psiquiatría

Esta es la opinión del experto

Habiendo tantos tipos de convivencia posibles, como la convivencia en familia, con amigos, con compañeros de escuela o trabajo e incluso con desconocidos, asumir el paso de convivir con nuestra pareja sentimental entraña una serie de riesgos que quizás no justifiquen esta opción cuando su contemple solo como solución a una situación económica transitoria, aun en el supuesto de que ambos integrantes de la pareja estén pasando por situaciones similares.

 
La convivencia en pareja debe ser un acto libre, voluntario, emocionalmente equilibrado y fundado en unas posibilidades reales de futuro que en su desarrollo conduzcan a sus integrantes al bienestar personal y común entre ambos. Así, algunos especialistas en psicología de parejas han venido a considerar la pareja como la “forma de asociación más antigua y más actual, más sencilla y más compleja”.

 
El paso a la convivencia de la pareja debe ser parte del proceso natural de la relación y nunca debería de forzarse por factores ajenos a la esfera sentimental y/o emocional, ya que las consecuencias pueden ser nefastas para la propia estabilidad de la pareja, conduciendo a su ruptura y generando toda una serie de efectos contraproducente para el equilibrio psicológico requerido para afrontar situaciones tan difíciles como el desempleo. Antes de plantearnos la convivencia con nuestra pareja como medida de ahorro económico, existen otras posibilidades que entrañan menos riesgo para nuestro bienestar emocional y que debemos considerar a fin de proteger nuestra estabilidad psicológica.