Para convivir en paz es bueno ser comprensivo con los demás. Pero hay personas que al hacerlo se apropian de sus problemas, contirtiéndolos en propios. Este exceso de empatía es agobiante y termina asfixiándonos con los conflictos ajenos.
Ser empático pasa, de esta forma, de virtud a defecto por constituir una actitud excesiva. Al final, puede desembocar en una imposibilidad total para comunicarse con el otro, y en un perjuicio para él, en lugar de una ayuda.
5 opiniones argumentadas
No
- M. NEUS CALLEJA FERNÁNDEZ
- Directora del Teléfono de la Esperanza de Barcelona
Nunca se debe traspasar la línea que separa la empatía, o capacidad de ponerse en el lugar del otro, de la afectación por los problemas ajenos, aunque ello no significa que no nos preocupemos ni hagamos todo lo que esté en nuestra mano para ayudar.
Experto
No
- Lluïsa Etxeberria Azkune
- Psicóloga. Psicoterapeuta
Estar disponible para escuchar y atender los problemas de otras personas no quiere decir que se hayan de vivir como propios los de los otros y no debería interpretarse, en principio, como falta de sensibilidad o actitud para ponerse en el lugar del otro y condolerse.
Experto
No
- Carlos Aguilera
- Psicólogo ocupacional y facilitador de procesos de aprendizaje.
Una cosa es ser empático para comprender a los demás y otra es hacer tuyos sus problemas. Apoya sin que eso te perjudique.